martes, 8 de enero de 2013

Capítulo 15



Dos opciones. La vida de las personas, o al menos la vida de la mayoría de ellas, está llena de momentos en los que debe elegir qué camino tomar, son como señales del destino incitándolas a tener que escoger aquello que es realmente importante, algo así como una partida a la ruleta rusa, pero sin pistola, o simplemente una moneda al aire, pero sin moneda. Solo es indispensable un requisito para estas situaciones, nunca, bajo ningún concepto, es conveniente mirar hacia atrás, ya que se corre el riesgo de, por una parte, ver cada vez más pequeñito aquel camino que decidiste desestimar y por el cual, por mucho que mires, ya no puedes tomar, y por otra, de tanto girar la cabeza, no estar pendiente de aquel otro que decidiste escoger y en el que veces no hay marcha atrás. Puede parecer complicado, pero todo se resume en dos opciones.


El móvil de Cecilia emitió el sonido del tercer mensaje de Mark al tiempo que ésta se apresuraba en sacar un chocolate caliente de la máquina expendedora de la esquina. Sabía que su jefe no era de esos que llamaban cada dos por tres atosigándola con el trabajo o asegurándose que todo iba por el buen camino. Tratándose de Mark, algo importante tenía que decirle.
No es que se quisiera escaquear de la llamada, simplemente estaba agotada. Había regresado al hotel para darse una ducha rápida y coger algunas provisiones que pudiera echar en falta en las interminables horas de espera. Luego había bajado hasta la cafetería del hotel para comunicarle al señor Arnold lo sucedido a Jack, pero al estar éste en su día libre tuvo que esperar a que llegase la chica de recepción y le diese su número de teléfono. De regreso al hospital recibió la primera llamada de Marc, que aplazó a estar sentada durante los diez minutos que imaginaba duraría su breve descanso.

-     - Hola Mark, ¿Qué tal va todo por allí? He visto tus mensajes pero he tenido un problema esta mañana…
-          -¡Cecilia! ¡Por fin te encuentro chica! ¿Dónde te metes? Bueno da igual, tengo una gran noticia para ti, aunque no sé si te la mereces, la empresa te ha conseguido un puesto como asesora de imagen en L&V, si quedan contentos contigo, están dispuestos a fusionarse con nosotros en el mercado inglés, tienes que ir esta misma tarde a su sede, quieren darte el visto bueno, ya sabes, ¿Qué te parece?
-          - Verás Mark, suena muy bien….
-          - ¡Suena genial! ¡No sabes la envidia que has desatado aquí, todas querrían estar en tu lugar!
-          - No me encuentro muy bien ahora, enseguida te llamo, gracias Mark.
(Pi pi pi)

La cabeza de Cecilia la amartillaba como un herrero dando los últimos coletazos a su mejor pieza en el yunque, una semana antes, hubiese saltado de alegría, o tirar los billetes que tuviese a mano al aire como en las películas, pero ahora todo era distinto, sabía que si salía de la puerta del hospital empezaría a trabajar de inmediato, incluso que la destinasen a otra sede fuera de la ciudad, pero ahí estaba Jack, quién despertaría (estaba segura que despertaría) sin ver ninguna cara conocida a la que preguntar: ¿Qué ha pasado? ¿Qué hago aquí? La elección era de todo menos fácil, pero todo se resumía en eso, dos opciones.

2 comentarios:

  1. Luis Miguel entre lo d blancanieves y la reflexion de las dos opciones, ya pase lo que pase en la historia me encanta el libro =)

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  2. gracias Laura!! me alegro que te haya gustao ;)

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