lunes, 23 de julio de 2012

Capítulo 7


El primer desfile de la semana de la moda en Londres había llegado a su fin.
Las modelos intercambiaban cariñosos saludos con sus compañeras, con un gesto mucho más relajado que antes del inicio. Los diseñadores dialogaban con la prensa sobre sus primeras impresiones, convenciéndoles de la originalidad y el acierto de sus diseños; los invitados iban de un lado a otro saludando a gente que ni siquiera conocían, procurando mantener la distinción de que el lugar hacía gala; el servicio de catering se esforzaba por que nadie se sintiese ofendido sin su dosis de copas gratis y canapés, en especial Jack, que caminaba con una rapidez que incluso parecía que su bandeja iba por delante de él.

Cecilia se afanaba en comentar con todo aquel que se cruzaba sobre los servicios que una empresa de Barcelona podría llegar a ofrecerles, con una convicción de la que ella misma se sorprendía. Se encaminaba hacia un nuevo objetivo cuando decidió dirigirse a por un poco de agua, tenía la garganta realmente seca.

-          ¿Quiere otro zumo? – preguntó Jack, mirando de reojo la máquina de exprimir.

-          ¿Y cómo sabes tú que ya me he bebido uno? – replicó Cecilia – y tutéame, por favor, ¡Aun estoy en la flor de la vida!

-          Bueno, no he parado quieto en todo este tiempo, supongo que la vi antes tomando uno… - respondió Jack, a quien el descaro de la chica parecía desmontarle.

-          ¡Mierda! – exclamó Cecilia

-          ¿Cómo dices? – le preguntó Jack , quien parecia no entender casi nada.

-          Se me ha ido, el muy hijo de... - balbuceó para sí Cecilia, reprimiéndose justo a tiempo.

-          ¿Y quién es esa persona tan importante?

-          Un hombre con un traje negro, bueno, negro lo llevan todos, el caso es que quería hablar con él sobre las posibilidades que mi empresa podría ofrecerle, estaba justo ahí, en fin, ya me las arreglaré para verlo otro día.

-          ¿Tienes una empresa? – se interesó Jack.

-          Sí, bueno…trabajo para ella, vine ayer desde Barcelona.

-          Una gran ciudad, como Londres.

-          Supongo, lo averiguaré sin remedio cuando tenga que patearla de rincón a rincón.

-          Vaya…soy un maleducado, ni siquiera te he dicho como me llamo, mi nombre es Jack, encantado, estoy seguro que le gustará la ciudad.

-          El mío es Cecilia, ¿Sabes si el hotel me puede facilitar algún guía durante estos días?

-          Creo que algo se podrá hacer, le espero mañana a primera hora en la puerta de recepción.

-          Pero, ¿Para qué? – preguntó Cecilia, intrigada.
-          Usted….quiero decir, tu, tienes que conocer cada rincón de Londres, ¿verdad? Mañana vas a conocer el primero de ellos.

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